02/09/2025

De los caminos nevados al turismo de nieve

De los caminos nevados al turismo de nieve

Hoy en día, Andorra es conocida por sus modernas estaciones de esquí y por sus paisajes de postal, pero los orígenes del esquí en el país son mucho más humildes y sorprendentes. A principios del siglo XX, en una Andorra rural y aislada, la nieve era más bien un problema que un atractivo turístico. Los inviernos eran largos y duros, y las comunicaciones entre pueblos quedaban a menudo interrumpidas. En ese contexto, algunos habitantes empezaron a utilizar rudimentarios esquís de madera, no para hacer deporte, sino como herramienta para desplazarse entre la nieve y superar los obstáculos naturales. Era una solución práctica, inspirada en técnicas escandinavas, aún muy alejada de lo que hoy entendemos como turismo de nieve.

Con el paso de los años, especialmente a partir de la década de 1930, algunos viajeros y aventureros extranjeros, en su mayoría franceses y suizos, empezaron a descubrir el potencial de las montañas andorranas para la práctica del esquí recreativo. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión no llegó hasta 1957, cuando un grupo de andorranos puso en marcha la primera estación de esquí del país: Pas de la Casa–Grau Roig. Con solo un telesquí y mucho entusiasmo, aquel proyecto sentó las bases de lo que hoy es Grandvalira, uno de los dominios esquiables más grandes del sur de Europa.

A partir de ahí, el esquí se convirtió en un motor económico fundamental para Andorra. Surgieron nuevas estaciones en otros valles, se construyeron infraestructuras, y el turismo de nieve se profesionalizó. El país vivió una transformación acelerada: de una sociedad tradicional y montañosa, pasó a ser un destino moderno y competitivo para los amantes del invierno. Hoy, esquiar en Andorra es mucho más que practicar un deporte: es participar en una historia centenaria que combina naturaleza, esfuerzo y visión de futuro. Y cada visita, cada descenso por la nieve, es también una forma de conectar con ese pasado vivo que aún se respira en las montañas del Principado.

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