12/05/2025

La Leyenda de la Patrona de Andorra

La Leyenda de la Patrona de Andorra

Hace muchos años, en un tiempo que ya no aparece en los libros de historia, comenzó una historia que ha pasado de boca en boca entre los andorranos, llena de misterio, fe y un cierto aire de maravilla. Es la leyenda de la Virgen de Meritxell, que con el tiempo se convertiría en el corazón espiritual del Principado de Andorra.

La historia nos traslada a un invierno frío, concretamente al día de Reyes, cuando un pastor se dirigía hacia Canillo para asistir a la misa. A mitad de camino, pasando por el lugar donde ahora se erige el santuario, vio algo sorprendente: una gavernera, que debería estar desnuda por el frío, estaba toda florida. Atraído por aquel fenómeno insólito, se acercó y, bajo el arbusto, encontró una talla de madera preciosa de la Virgen María.

El pastor, impresionado, avisó a los vecinos del pueblo. La comunidad, emocionada por el descubrimiento, llevó la talla de madera a la iglesia de Canillo y la colocó en el altar mayor, con la promesa de construirle una capilla propia.

Pero al día siguiente, cuando el sacristán entró en el templo, la talla de madera de la Virgen ya no estaba. Había desaparecido misteriosamente. La buscaron por todas partes, hasta que la encontraron exactamente en el mismo lugar de antes, bajo la gavernera florida.

Pensaron que tal vez aquel era un mensaje: la Virgen quería quedarse allí. A pesar de ello, los vecinos de Encamp decidieron intentarlo también. Llevaron la talla de madera a su iglesia, con buenas intenciones y la misma promesa. Pero el prodigio se repitió: a la mañana siguiente, la Virgen había vuelto al lugar original, como si dejara bien claro dónde quería quedarse.

Este hecho, que se interpretó como un milagro, convenció a los habitantes de los pueblos vecinos. Estaba claro que aquel lugar, sencillo y natural, era el elegido por la Virgen. Y así, unidos por la fe, decidieron construir allí un santuario que hoy conocemos como el Santuario de Meritxell.

Con el tiempo, la devoción a la Virgen de Meritxell fue cada vez más fuerte. El 24 de octubre de 1873, fue declarada oficialmente patrona de Andorra por el Consejo General, en reconocimiento a su protección a lo largo de los años. Y el 8 de septiembre de 1921, tras la aprobación del Papa, fue coronada como patrona del Principado. Ese mismo día, Andorra estrenó también su himno nacional, cerrando un círculo de símbolos que definen la identidad del país.

Una historia que no solo explica un milagro, sino también una elección: la de una Virgen que quiso quedarse en un rincón de los Pirineos para protegerlo y acompañarlo con su presencia. Una leyenda que sigue viva en el corazón de los andorranos y andorranas para toda la eternidad.